“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me
es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas
las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he
aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Mateo 28: 18 -20
Las palabras de la Gran Comisión, expresadas por nuestro Señor
antes de volver al Padre siguen vigentes en esta última hora.
El
avance de las nuevas tecnologías, y por consiguiente el cambio social que vemos
producirse, así como la transformación a nivel integral de cada ser humano, nos
llevan a pensar en nuevas estrategias para el Ministerio de la Enseñanza. Vemos
la imperiosa necesidad de formar a los educadores de La Biblia, a los que
comúnmente se les conoce como Maestros de Escuela Bíblica. En este marco de
Enseñanza-aprendizaje, es necesario reformularnos el concepto y la visión del
significado “enseñanza – aprendizaje” y de cada uno de los aspectos junto a los
protagonistas de esta acción.
Por
siglos se ha encomendado la tarea de enseñar a las nuevas generaciones
(nuestros niños), a personas llenas de gratitud al Señor, quienes asumían un
rol tan importante sin tener la capacitación acorde a esta gran responsabilidad.
Nos
enfrentamos hoy a la necesidad de, no sólo dar algún material de referencia,
sino, por sobre todo, de formar sistemática y pedagógicamente a los maestros
bíblicos, orientándolos en la transmisión de los valores de fe, obediencia y comunión,
como ciudadanos y embajadores del Reino de los Cielos. Asimismo, capacitarlos
para acompañar e involucrar a las familias en la misión educadora que Dios
dejara para que los seres humanos vivan quieta y reposadamente en la tierra.
Es por esto que, como Maestros a las naciones, llamados a
instruir y capacitar al pueblo de Dios, tomamos el desafío de comenzar una
Escuela de Formación para todo aquel cristiano llamado a enseñar “todo el
consejo de Dios”, (Hechos 20:27), para que puedan enseñar con fundamento bíblico y metodologías adecuadas, a guardar todas las cosas que el Señor nos ha
mandado.