jueves, 26 de diciembre de 2024
lunes, 23 de diciembre de 2024
jueves, 28 de marzo de 2024
sábado, 23 de marzo de 2024
LOS ÚLTIMOS MINUTOS
- No veo cómo sacudirlos para que presten atención. Ya se saben todas las historias y no hacen más que hablar.
- Los míos atienden, participan, pero, luego vuelven a sus casas y se olvidan de todo lo que hablamos.
- Tenemos este material que nos donaron… Fíjense si pueden usarlo en sus clases.
Con un suspiro de resignación Alberto entregó algunos sobres gastados a los maestros.
Con poco interés los maestros los tomaron, dejándolos displicentemente a un lado.
Corría la primera semana de marzo, de un año similar a tantos otros que habían ya pasado. Con la triste expectativa de ver cómo, año a año, se incrementaba la deserción de los alumnos, y cómo las estrategias para mantener interesados a los niños en la Escuela Bíblica resultaban cada vez más ineficaces.
Alberto miró a su reducido plantel: solo dos de los maestros permanecían fieles desde hacía más de cuatro años. Era imperativo conseguir a alguien para la clase de Pre- escolares, sin contar con que el grupo de los Pre-adolescentes estaba en riesgo de no tener un líder para el año en curso.
¿Tiene sentido seguir manteniendo una estructura que no nos lleva a ninguna parte?- volvió a preguntarse para sus adentros.
* * * * * *
En el otro extremo de la ciudad, casi al mismo tiempo, Nadia y Mariel estaban en medio de una eufórica reunión. El aire estaba cruzado de voces alegres que compartían ideas, imponiéndose unas sobre otras, dificultando el entendimiento de alguna idea medianamente coherente. Finalmente, con unas fuertes palmadas, acompañadas de una carcajada, Nadia logró llamar la atención del grupo, que se fue silenciando poco a poco.
- Gracias- comenzó Nadia con voz clara – Lo mejor será separarnos por edades, así cada grupo define cómo va a ocupar el tiempo. Recuerden que son dos horas que tienen que llenar. Una hora para la historia bíblica y la manualidad; el resto, sean creativos; los chicos tiene que disfrutar ese tiempo.
Con bastante ruido de reacomodamiento de sillas, las casi treinta personas presentes se distribuyeron según la consigna, listas para empezar a trabajar en lo que sería un nuevo año de la actividad infantil.
* * * * *
¿Acaso alguna de estas realidades describe la tuya?
Lo cierto es que estamos a las puertas de un nuevo ciclo escolar. Y nuestras iglesias no escapan a la realidad de que “hay que pensar en algo para los niños.” Tanto el grupo de Alberto como el de Nadia y Mariel han tomado conciencia de que es necesario planificar estas actividades. Y, aunque los veamos tan diferentes el uno del otro, ambos tienen algo en común.
Ambos están prestando atención a lo que harán durante el año, sin haber pasado antes por la consideración de lo que quisieran ver logrado al finalizar el año. Es decir, se han dedicado a responder la pregunta “¿Qué haremos?” antes de siquiera plantearse “¿Para qué lo haremos?”
¿Para qué nos juntamos con los chicos semanalmente? Esa es una buena pregunta para comenzar a direccionar la enseñanza de la Palabra de Dios.
Porque no se trata solamente de contar historias de la Biblia o hacer memorizar algunos versículos. Se trata de permitir que la Palabra sea “martillo que quebranta” (Jeremías 23.29), “lámpara que ilumina” (Salmo 119.105), espejo que refleja (Santiago 1.25), lavacro que purifica (Efesios 5.26).
Se trata de que una nueva generación, esta que tenemos entre manos ahora, revalorice la Palabra de Dios como guía para la vida, y crezca en el temor reverente del Señor, eligiéndolo a Él por sobre las demás atracciones que le presenta el “presente siglo malo” (Gálatas 1.4).
Todo un desafío.
Un desafío que nos lleva a dejar de lado las herramientas que hemos adquirido en nuestro andar, y a ir humildemente a los pies del Señor. A buscar su rostro. A pedir dirección. Porque son tiempos de confrontación espiritual en los que ya no podemos aspirar a entretener a los niños o a darles un mero conocimiento intelectual.
Estamos en tiempos de urgencia. La alerta roja ha sonado. Ya no solo debemos hoy hablar acerca de la importancia de que los niños sean salvos, sino que debemos abrirnos paso por en medio de una densa nube que los ha envuelto, y está cauterizando sus sentidos.
¿Cómo pueden unas figuras de franelógrafo competir con el bombardeo visual que reciben durante horas cada día?
¿Cómo podemos atrapar su atención hablando de realidades bíblicas tan ajenas a la cultura de hoy?
¿Cómo pretendemos que cambie su manera de actuar, sin preocuparnos antes porque cambie su manera de ser?
Al inicio de un nuevo año de labor, un año que podría ser el último, antes de ver a Jesús cara a cara, vale recordar dos aspectos fundamentales de nuestra tarea:
1) PLANIFICAR, NO IMPROVISAR. Respondiendo a nuestra anterior pregunta, digamos que enseñamos para lograr cambios definitivos en la vida de nuestros alumnos. Para esto, ayudará tener una acertada visión del punto en que se encuentran los niños, en cada área de su vida, atendiendo especialmente a su desarrollo espiritual, y, partiendo de allí, definir en oración un cambio trascendente que deba realizar. Puede ser, a título de ejemplo, “enfrentar las situaciones con la verdad”; “permitir que el fruto del Espíritu Santo se desarrolle en su vida”; o “profundizar su relación cotidiana con Dios”. Cada uno de estos ítems se podrá trabajar en un trimestre, con diferentes lecciones, de diferentes maneras, de modo que la enseñanza se grabe a fondo en los corazones y produzca los resultados deseados.
2) INSPIRAR SIENDO MODELOS. Este mundo está cansado de palabras. Y, como el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder (1 Corintios 4.20), las vidas de nuestros alumnos serán impactadas por maestros que encarnen la enseñanza. Porque la sociedad del S. XXI no necesita buenos predicadores, ni nuestros alumnos necesitan especialistas teóricos en Educación. Como maestros, necesitamos dejar que el Señor nos limpie, renunciar a todo aquello que ocupa su lugar en nuestras vidas y dejar cada día que su Santo Espíritu nos llene, produciendo en nosotros el carácter de Jesús, llenándonos de poder para transmitir su Palabra de modo tal que toque y transforme vidas.
¡Ese es el Gran Desafío para los últimos minutos de la última hora, antes de Su venida!
El camino de la obra lo comienza cada uno delante del Señor de la obra.
En el reloj de Dios la aguja ha avanzado unos segundos más… Aún estamos a tiempo.
lunes, 19 de febrero de 2024
NO LLENES TARROS
Podría decirse que fue un sueño.
Estaban ahí, en fila, uno al lado del
otro. Los tarros de vidrio. Uno a uno los fui destapando y llenando. Había
comprado tres kilos de harina, y la fui repartiendo hasta llenar el total.
¡Misión cumplida! Pero… ¿Qué sucede?
Repentinamente, hallo que no puedo
tapar los tarros… ¡Cada uno de ellos tiene el rostro de mis alumnos de
Tarros llenos de harina. La harina es
materia prima de muchos alimentos, pero, en el tarro no sirve para nada. A los tarros no les sirve para nada.
Un pensamiento me atraviesa, más veloz
que un rayo: “Mis alumnos no son tarros para llenar con
Además se les puede pedir que:
-
Subrayen
la frase que más les impacte.
-
Expliquen
por qué les gusta.
-
Infieran
si el mensaje de la canción está de acuerdo con la palabra de Dios o no.
Seguidamente, se les pueden repartir
citas de versículos bíblicos que den el punto de vista del Señor acerca del
tema de esa canción. Luego de leer los versículos, se comentan las conclusiones
y se buscan maneras de aplicar las conclusiones bíblicas a la vida, según el
objetivo seleccionado por el maestro.
Esta actividad no es simplemente una
muestra de talento, sino que apunta a llevarles a explorar sus creencias,
convicciones y ayuda a la toma de decisiones.
Y cuanto más apliquemos las técnicas
de enseñanza como vehículos para llegar al fin determinado, más estaremos
contribuyendo a formar un pueblo que ame y espere a su Señor con absoluta
convicción personal.
miércoles, 17 de enero de 2024
ERES QUIEN ERES, NO QUIEN TE QUIEREN HACER CREER QUE ERES
Un día, paseando, un granjero se encontró un huevo de águila y lo llevó a su corral de gallinas. Lo colocó en el nido de una gallina de corral.
El aguilucho fue
incubado y creció con la nidada de pollos. Y, aunque era un águila real, vivió
así… como si fuera una gallina más del corral:
Durante este tiempo,
el águila hizo lo mismo que hacían los pollos, pensando que era un pollo.
Escarbaba la tierra en
busca de gusanos e insectos para comer, piando y cacareando. Incluso sacudía
las alas y volaba unos metros por el aire, al igual que los pollos y gallinas.
Después de todo, ¿No
es así como había de volar un polluelo?
En la granja recibió
calor y cariño… y aprendió muchas cosas:
1º) Aprendió de los
pollos y gallinas… que son muy quejosas… a quejarse; pero no le gustó. Quién va
por la vida así, ha de resultar insoportable de aguantar. No, no quiso adoptar
esa manera de ser.
2º) Aprendió del gallo
a actuar como un ser tirano, celoso y altanero… pero tampoco le gustó. Mejor
olvidarlo.
3º) Quiso aprender del
cerdo… pero le pareció demasiado sucio y desordenado. Pensó que había que
cuidar más la imagen a dar…
4º) Luego se fijó en
el burro, a ver si podía aprender algo de él, pero le pareció muy indeciso y
demasiado terco. Así, seguro que se le escaparían muchas oportunidades en la
vida.
5º) También quiso
aprender de la vaca… pero no le gustó su forma de estar en la vida, siempre
indiferente a la realidad que le rodeara, como pensando siempre que el otro
prado que anda más allá parece más verde… ¿Cómo poder ser feliz creyendo
siempre que lo mejor está lejos, como al otro lado…?
6º) De los loros
empezó a aprender a decir cosas… pero llegó a la conclusión de que son
demasiado chismosos. Y haciendo lo que ellos, al señalar a alguien con su dedo,
para acusarle, observó que siempre había tres dedos de su mano que le señalaban
a él…
7º) Miró al buitre,
pero enseguida le desagradó su manera ventajera de estar en la vida, siempre
tan carroñero, queriéndose aprovechar de los descuidos ajenos… ¡Qué
mezquindad!. No, él no quería ser así.
8º) Luego le llamó la
atención un pavo que conoció: sacando pecho, pero siempre cauteloso y como
cuestionándolo todo… ¿Qué rollo, no?
El quería hacer en la
vida algo diferente… ¿por qué no algo importante?
Un día el aguilucho
divisó muy por encima de él, en el limpio cielo, a una magnífica ave que
volaba, elegante y majestuosamente, por entre las corrientes de aire, como
flotando entre las nubes del cielo, moviendo apenas sus poderosas alas doradas…
La cría de águila la
miraba asombrada hacia arriba… ¡le parecía algo tan espléndido aquello de
volar…!
Y preguntó a una gallina que estaba junto a ella:
– ¿Qué es?
– Es el águila, el rey de las aves, respondió la gallina.
– ¡Qué belleza! ¡Cómo me gustaría a mí volar así…!
– No pienses en ello,
le dijo la gallina. Añadiendo: Tú y yo somos diferentes de ella.
Un día una pareja de
ecologistas visitó al granjero, y al ver a los animales de la granja
descubrieron entre las gallinas al aguilucho:
– Tienes un águila
entre las gallinas, le dijo la licenciada en Ecología al granjero.
– Si, respondió éste, pero es como si fuese una gallina, come, vive como una
gallina, apenas sabe volar.
Dejamos de ser gallinas quejosas – Sabemos que nuestro Padre sabe de que cosas tenemos necesidad; podemos pedirle todo cuanto necesitamos, él proveerá.
-
Dejamos de ser gallos altaneros, creyéndonos
mejor que otros, creyendo que podemos tratar mal a otros.
-
Dejamos de ser burros indecisos, de doble
ánimo, inconstantes en nuestros caminos y tercos creyendo que nuestro punto de
vista es el que vale.
- Dejamos de ser vacas que anhelan una vida
diferente y aprendemos a valorar lo que tenemos.
-
Dejamos de ser loros chismosos y acusadores,
siempre mirando para descubrir errores en los otros.
-
Dejamos de ser buitres aprovechadores de la
bondad ajena o pavos cuestionadores de cada cosa…
- Nos damos cuenta de que algo, dentro nuestro, clama por expresarse. Por volar más alto. Es nuestra identidad real, la naturaleza nueva que Dios nos ha dado, que ya no se conforma con vivir como el resto de las personas. En la serie "The Crown" vemos que Isabel asumió su llamado muy joven. Fue educada para ser reina de un país. Como tal, sabía que ciertas cosas comunes a todas las jovencitas, no convenían a su llamado. Y debía asumir el papel que le correspondía. Fue educada para vivir y servir a LA CORONA. La corona era más importante que su propia persona. (Instruye al niño…)
-
Como PRINCIPES, hijos del rey de reyes, tenemos que asumir
nuestro llamado. Vivir conforme a los requisitos expresados en la Palabra de
Dios. Seremos reyes y sacerdotes, reinaremos sobre la tierra; somos embajadores
ante el mundo, en nombre de Cristo. Nuestra posición en Cristo determina
nuestro comportamiento en la Tierra. Vivamos con dignidad real. (No significa
creernos más que los demás, sino comportarnos sabiendo quienes somos en Cristo
y cuál es nuestro destino glorioso).
-
Jesús pudo decir “Padre perdónalos” porque
sabía bien quien era él y quien su Padre.
-
Como Príncipes, la CORONA es lo primero: el
Reino de Dios. Vivimos x el Reino. Vivimos para el Reino. El interés supremo de
la vida es el avance del Reino, y la gloria del Rey.
-
Nuestra situación económica no define quienes
somos. Nuestros títulos académicos tampoco. El lugar donde vivimos, tampoco.
-
DIOS DEFINE quienes somos:
o
Sus hijos amados
o
Sus hijos a quienes conoce por nombre y sabe
de qué cosas tienen necesidad. (No hay lugar para la desesperación)
o
Sus hijos que no se afanan por las cosas de
este mundo, sino se deleitan en su presencia.
o
Sus hijos, a quienes entiende, consuela, y
provee de fortaleza.
o
Sus hijos, que descubren los regalos
recibidos y los ponen al servicio del Cuerpo.
o
Sus hijos, que renuevan su mente día a día,
conforme a su Palabra y viven de acuerdo a ella.
o
Sus hijos, que pueden elevarse sobre toda
circunstancia, porque saben que Dios los lleva en sus brazos para atravesar
cualquier río de dificultad.
o
Sus hijos, que entiende que es necesario
menguar para que Cristo crezca y se manifieste a través de ellos a un mundo
necesitado.
-
Somos más que águilas. Somos hijos del Rey.
No debemos luchar para serlo. Clamemos
que sean abiertos nuestros ojos, para ver y vivir de acuerdo a este llamado
supremo. Las cosas de este mundo no deben llevarse nuestro interés, ni nuestra
salud.
- Descanso y paz ya los tenemos. Sustento y
abrigo también. No cometamos el error del hermano mayor de la parábola.
Disfrutemos cada día de lo que nos ha sido
dado ya, en Cristo.
-
Tenemos la autoridad real que nos ha sido
dada por el Señor para dominar en la esfera espiritual donde nos toque
desempeñarnos. El mundo está bajo el maligno, nosotros, bajo la autoridad del
rey.
-
Honremos a Dios agradándole en todo. Y vivamos
este 2024 en esa vida abundante que Cristo YA nos entregó.
H.M.G.
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