No, si se trata de la salvación eterna.
Te invitamos a entrar en las maravillosas verdades:
No, si se trata de la salvación eterna.
Te invitamos a entrar en las maravillosas verdades:
“Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. Juan 5: 17
Estas palabras de Jesús, en su defensa ante los acusadores fariseos, nos
muestran que Dios Padre da el ejemplo. El trabajo es parte esencial de la vida.
Dios no solo creó la Tierra y todo lo que en ella hay, y reposó el
séptimo día. Ahí no terminó todo, pues él, luego, siguió trabajando. Él trabaja
sin descanso para mantener el universo, y para redimir a la humanidad.
Jesús vino a la Tierra para trabajar en el Plan de Dios. Incansablemente
trabajó, primero con su padre terrenal, fue el “hijo del carpintero”; y luego
en la obra del Padre Celestial: predicó, enseñó, sanó, liberó… expresó así su
igualdad con el Padre, y su identificación con su eterno plan de redención.
En cuanto al hombre, el trabajo le fue asignado estando en perfección,
en el jardín de Edén (Génesis 2:15). La caída añadió amargura, esfuerzo y
degradación a este noble propósito del Creador, pero el trabajo en sí es
asignación y bendición de Dios.
Y en el Nuevo Testamento, los apóstoles registran el valor del trabajo,
con instrucciones tan precisas como “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”.
(2ª Tes. 3: 10ª) y “El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar
primero”. (2ª Tim. 2:6)
¡Cuán importante es seguir el ejemplo de nuestro Dios, y trabajar
dignamente para proveer a nuestras necesidades personales, familiares y aún, de
la obra de Dios!
Trabajador/a del reino, seas bendecido hoy en tu vida, y cada día. Recuerda
siempre que hagas lo que hagas, eres un Embajador del reino de Dios, y tu
conducta y ejemplo son como un faro que guía hacia el Salvador!
¡Feliz día del Trabajador!
Una SINCRONÍA es la "Coincidencia de hechos o fenómenos en el tiempo."
Las personas podemos estar sincronizadas con los acontecimientos que se desarrollan a nuestro alrededor, en tanto que estamos al día con las novedades, tendencias y herramientas que nos proporciona este tiempo. Y los maestros, en particular, deberíamos estar sincronizados, para que nuestra enseñanza sea de valor práctico para nuestros alumnos.
Lo contrario de estar sincronizado sería estar DESINCRONIZADOS.
Y esto vemos que está sucediendo en cuanto al conocimiento de las nuevas tecnologías que invaden las vidas en el S. XXI y que tan bien dominan nuestros alumnos. Los maestros corremos el riesgo de estas desincronizados.
Desde IFOMAEB queremos hacer un aporte positivo. Por eso estamos preparando un ZOOM para tratar sobre este tema.
Les invitamos a participar.
Ellos nacieron en una era totalmente digitalizada, o directamente, en la era de la inteligencia artificial.
Son los niños y adolescentes atrapados en la atracción magnética de los celulares y la internet.
Son las vidas que Dios ha puesto en tus manos para guiarlos hacia él, para hallar en Cristo el propósito de sus vidas. Y en este mundo tan virtualizado, no es la tarea más fácil. Demasiadas distracciones los desvían del Camino verdadero y roban el tiempo necesario para su formación como seres completos. (Recuerda quién vino a robar, matar y destruir, S. Juan 10:10)
Y aquellos que deben guiarlos (padres, maestros, especialmente), están también atrapados en este torbellino de ocupaciones, preocupaciones y de todo lo urgente, más la participación en las redes sociales, que todo ello también les priva del tiempo a solas con Dios imprescindible para estar firmes, y servir con eficacia.
¿No crees que es tiempo de tomar decisiones sabias y definitivas?
Si tenemos una vida eterna, no es para vivirla en el "más allá". Esa vida nace, se desarrolla y afirma en este tiempo. Y para que nuestro "servicio al Señor" sea eso y no mero activismo, es necesario que se genere en una vida espiritual plena. Así y solo así Dios podrá usarnos para impactar esas jóvenes vidas desde ahora y para toda a eternidad.
Que este sea el tiempo en que podamos cortar con todo aquello que frustra nuestra relación con el Padre y Señor, y que, entonces, nuestro servicio no sea en vano. (1a Cor. 15: 58)
Fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios. Y parte de esa semejanza es la capacidad de crear que tiene todo ser humano. Esa capacidad, pue...